Eccediciones

Desafiando al destino

Tal y como pudimos apreciar en la anterior entrega de esta cabecera, los guionistas de las colecciones relacionadas con el Hombre Murciélago están aprovechando La noche de los búhos para establecer determinados paralelismos entre el trasfondo biográfico de las diferentes Garras y la caracterización de sus protagonistas. Pero los escribas afincados en este rincón del Universo DC también han aceptado el reto de ahondar en la Historia inexplorada de la ciudad, valiéndose de la coartada argumental que proporciona la longevidad de los soldados que integran el peculiar ejército del Tribunal de los búhos. Así, Duane Swierczynski y Travel Foreman emplean el número de Aves de presa aquí recopilado para dirigir su mirada hacia mediados del S. XIX, estableciendo el enésimo vínculo entre Gotham City y Nueva York. Claramente inspirados en la película Gangs of New York (Martin Scorsese, 2002), comienzan su participación en esta saga recreando una batalla campal que bien podría haberse desarrollado en el barrio marginal de Five Points; un curioso recordatorio de que el proceso de crecimiento de la Gran Manzana –Gotham, en el caso que nos ocupa– se produjo en un contexto marcado por los violentos enfrentamientos entre bandas callejeras, con el agravante de que el tejido institucional de la época estaba severamente dañado debido a la corrupción política y policial imperante.

Por su parte, el noveno número de Detective Comics sirve para que Tony Daniel retome a dos de sus personajes fetiche: Jeremiah Arkham y Roman Sionis, más conocido como Máscara Negra. Cuando con motivo de La batalla por la capucha (Batman vol. 2, núms. 31 y 32, Planeta DeAgostini Cómics) el historietista norteamericano comenzó a asumir los guiones del Hombre Murciélago, decidió convertir a Jeremiah en una nueva encarnación del sanguinario criminal, tras su fallecimiento a manos de Selina Kyle (Catwoman vol. 1, núm. 5, Planeta DeAgostini Cómics). Pero aprovechando la coyuntura que propicia la recién inaugurada continuidad del Nuevo Universo DC, Daniel ha optado por devolver a ambos personajes los roles que habían desempeñado de forma tradicional.

Dejando a un lado los acontecimientos relatados en ambos tebeos –que se intuyen de importancia relativa en el devenir argumental coordinado por Scott Snyder– la aventura de Nightwing excepcionalmente incluida dentro de esta colección adquiere una relevancia mucho mayor; no en vano, desde que se hizo cargo de los designios de este personaje, el guionista Kyle Higgins ha afirmado que se entiende a la perfección con su colega, ya convertido en amigo personal. Junto a Snyder, y con Eddy Barrows a los lápices, ha optado por interrelacionar el pasado del otrora integrante de los Grayson Voladores con el Tribunal de los búhos y el Circo Haly, encontrando su nexo común en la figura de William Cobb, a la postre bisabuelo de Dick Grayson (Batman núm. 6). La aventura contenida en estas páginas no es sino la continuación directa de lo relatado en las páginas de Nightwing núm. 2, donde se comenzó a arrojar luz sobre el pasado de Cobb, estableciendo de paso vínculos con la miniserie que representó la primera colaboración entre Higgins y Snyder: Batman: Puertas de Gotham. Lo que en definitiva logra este equipo creativo es enriquecer la caracterización de Dick, proporcionándole un conocimiento de su pasado que no solo le aporta cierta sensación de clausura emocional frente a los misterios familiares recientemente revelados, sino que además le permite rebelarse contra el papel que supuestamente le reservaba el destino.

David Fernández