Eccediciones

De campeones a héroes

Habiéndose centrado en la faceta estrictamente superheroica de la JLA, Joe Kelly decidió abordar en este arco argumental temas reales a través de la ficción, haciendo uso del grupo para poner la lupa sobre asuntos que a su juicio merecían ser retratados; bajo el prisma del género superheroico, pero retratados al fin y al cabo.

Corría el año 2003 y Estados Unidos no solo no se había recuperado del trauma de los atentados del 11 de Septiembre, sino que se encontraba aún inmerso en una agresiva efervescencia mezcla de rabia y miedo de la que surgieron conceptos como la guerra contra el terrorismo o el eje del mal. Todo estaba justificado en nombre de la seguridad: desde la tortura a prisioneros de guerra a la limitación de libertades. La disensión era interpretada como una falta de patriotismo y señalar conductas ilegales, un síntoma de miopía moral.

Joe Kelly firmó en este tomo dos historias que sacan las vergüenzas de cualquier gobierno que justifique la violencia en nombre de la seguridad y de EE.UU. en particular. Lo hizo a través de un grupo de villanos fanáticos –cuya piel no es tostada sino blanca– respaldados por la capacidad de manipular recuerdos. Y también, cómo no, a través de la guerra: el Universo DC ha sido testigo de guerras galácticas –como la guerra Rann-Thanagar– y mundiales –la Tercera Guerra Mundial, que tuvo lugar en la macrosaga 52–, pero han sido pocos los guionistas que no se limitaron a rascar la superficie y optaron por plantear dilemas o poner a los superhéroes en situaciones en las que se les podía tachar de enemigos públicos.

LA JLA ha demostrado, con sus victorias y sus hazañas acontecidas hasta ahora, que son campeones. Ahora, de la mano de Joe Kelly y a través de sus acciones, van a demostrar que son héroes. Tanto en otros mundos como en este que habitamos.

Alberto Morán Roa

Artículo publicado originalmente como introducción de Liga de la Justicia de América: Élites núm. 4.