Eccediciones

Cuidaos del Tribunal de los Búhos...

 “…que nunca deja de vigilar, manda en Gotham desde las sombras, oculto tras el granito y la cal. Os vigilan en vuestro hogar, os vigilan cuando os acostáis, no habléis de ellos ni en susurros o enviarán a la Garra para que muráis.”

Así reza la canción infantil, inspirada en la vieja leyenda que Batman se niega a reconocer como real. “Ellos no existen. Lo sé”, llega a espetar a Jim Gordon, tal vez porque admitir lo contrario implicaría socavar su confianza y seguridad, que en buena medida se cimientan sobre el profundo conocimiento de su entorno, de su ciudad… de su hogar. Curiosamente, durante los últimos años Scott Snyder ha demostrado poseer una evidente habilidad para obligar a sus personajes a enfrentarse a sus miedos más cervales, directamente vinculados con las raíces de su identidad; en el caso de Bruce Wayne, claramente condicionada por su familia y por los sentimientos que le mueven a tratar de proteger Gotham. Y estos son, precisamente, los dos pilares que el Tribunal de los Búhos tratará de derribar durante los 11 primeros números de la colección.

Pero… ¿por qué búhos? Lo cierto es que la figura de estas aves rapaces encierra una gran carga simbólica: no solo por tratarse de criaturas nocturnas o por asociarse a la diosa Atenea y representar la sabiduría en la Atenas clásica, sino también –y especialmente– por ser depredadores de murciélagos. Este concepto está fuertemente asociado a la mitología del Cruzado de la Capa desde 1964, cuando Gardner Fox y Mike Sekowsky crearon a Owlman como antítesis de Batman (Justice League of America núm. 29), idea también insinuada con casi siete años de antelación por Bill Finger y Sheldon Moldoff, quienes por primera vez vistieron a Robin como una suerte de Hombre Búho (Batman núm. 107). Material clásico reconocido por el propio Snyder como inspiración para este trepidante arco argumental: una historia que lleva rondando su cabeza desde hace tiempo, tal y como demuestra el hecho de que hubiera aprovechado anteriores acercamientos al Caballero Oscuro –Batman: Detective Comics - Ciudad hambrienta, Batman: Puertas de Gotham– para sembrar sutiles pistas, tendentes a insinuar que la iconografía reminiscente de los búhos jugaría un papel determinante en el futuro.

Lejos de lo azaroso, Snyder comenta que la intención de insertar dichos guiños era la de “trasladar la sensación de que el Tribunal de los Búhos ha estado escondido a plena vista durante años, tallado en las piedras y los cristales de la ciudad, entrelazado con su historia, con sus sombras...”. Pero tal y como se desprende de las dos entregas de Batman recopiladas en el presente tebeo, parece que por fin ha llegado el momento de que los búhos abandonen las sombras, de explicitar su relación con la familia Wayne y de relatar las razones por las que Bruce se muestra tan escéptico respecto a su existencia…

David Fernández