Eccediciones
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Contra lo inevitable

La muerte es la única verdad absoluta de la existencia. Es irresistible, inevitable: mueren las personas y con el tiempo, hasta su legado y su obra, mueren los mundos (y
los universos nunca vuelven a ser los mismos), mueren realidades enteras. Ya lo dijo Neil Gaiman: cuando nació el primer ser vivo, la muerte ya le estaba esperando.

Hasta los héroes más grandes del Universo DC tendrán que enfrentarse a su fin algún día: muchas historias, desde Kingdom Come hasta Batman: El regreso del Caballero Oscuro, han analizado desde distintos puntos de vista y atmósferas muy diferentes cuál será el final de aquellos personajes que ahora se nos antojan inmortales. Durante La noche más oscura la muerte demostró que un villano menor como William Hand puede invocar su poder y poner en jaque al mundo entero... y aunque Nekron, la auténtica mano negra que mecía la cuna, fue derrotado, la muerte sigue presente en el Universo DC. Irresistible. Inevitable.

Y sin embargo...

Sin embargo, hay héroes que aún lo intentan. Portan estandartes verdes y rojos, de naturaleza y furia, de bosques y sangre, de desbordante vida. Son humildes, permanecen escondidos o velados por un manto de secretismo. ¿Por qué hacen lo que hacen? ¿Se niegan a aceptar el destino o saben que hay algo antinatural, macabro y cruel detrás del Mundo Putrefacto?

Llega a su conclusión uno de los arcos argumentales más dramáticos y espectaculares de la nueva DC, una historia de violencia y tragedia en la que los héroes tendrán que comprobar cuál es el precio que están dispuestos a pagar por sobreponerse a lo inevitable, por prevalecer cuando una fuerza tan primigenia como la muerte toma una forma más repugnante y peligrosa que nunca.

Alberto Morán Roa