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Button Man: El juego de la muerte

No hay tipos buenos en este libro, pero sí asesinos a sangre fría; multitud de ellos. Tampoco faltan corruptos en busca del placer que proporcionan las acciones ajenas. También hay hombres valientes, cómo no, con nervios de acero, pero no son tipos buenos; en el mundo de Harry Exton no hay héroes en el sentido tradicional de la palabra.

El propio Harry es verdaderamente escalofriante y despiadado. Juega a asesinar, al juego de la muerte, y se le da muy bien. La muerte no le incomoda, porque Harry ya está muerto por dentro. En resumen, es el novio que una nunca querría presentarle a su madre y el chico que uno no desearía que saliese con su hermana.

El reto era precisamente ese: tomar a un héroe sin ningún punto a favor, un hombre que asesina sin escrúpulos, y situarte a ti, el lector, en su lugar. Olvídate de la ética de la situación: eres Harry Exton. ¿Qué respondes cuando la voz al teléfono te pregunta si quieres participar en el juego? ¿Qué haces cuando te tientan con un dineral? ¿Cómo actúas tú, un hombre sin compasión, cuando tu víctima yace en el suelo, malherida, rogando por que no la mates, mientras el contrato te exige que lo hagas?

¿Y qué haces cuando las cosas salen mal, cuando todo va del revés en ese mundo enfermo y peligroso del que te has adueñado?

Button Man es una historia actual. El juego podría estar teniendo lugar en este preciso momento en nuestra calle, delante de nuestras narices. Para poder trabajar de la mejor manera posible, pensé que el dibujo exigía un realismo intenso, y para eso no pude pensar en nadie mejor que Arthur Ranson. Admiro su claridad y la limpieza de sus líneas desde que trabajamos juntos hace unos cuantos años. Sin embargo, no me di cuenta de todo lo que Arthur aportaría a la representación de la historia. Tomó un típico mísero guion de Wagner y lo convirtió en una proeza estilística de la máxima belleza en cada página. Arthur fue director y coreógrafo, dirigió a los actores con destreza fuera del escenario, dio vida a los personajes y cambió la estructura siempre que no cuadrase con su visión —incluso se atrevió a discutir las motivaciones con el atareado guionista— para crear una pequeña joya artística.

Button Man se creó para una revista de cómics llamada Toxic, como uno de los oponentes de Harry, que ya no está entre nosotros. Por razones que desconocemos, el consejo editorial de Toxic —con ya buena parte de la historia escrita y dibujada— decidió que no lo quería. Nos dejaron con un cómic a medio dibujar y sin lugar adonde ir. Tenemos que agradecer la publicación final al entonces editor de 2000 AD, Richard Burton.

2000 AD es una revista de cómics de ciencia ficción y fantasía, y Button Man no pertenecía a ninguno de los dos géneros, pero Richard reconoció la calidad de la historia y fue lo bastante valiente como para decidir que se trataba del tipo de material que quería mostrar a sus lectores. Los entusiastas de 2000 AD saben que es una revista que jamás ha tenido miedo de arriesgarse. Al tratarse de una antología, si una historia no satisface a los lectores, no pasa nada: las otras cuatro seguro que lo harán. Richard solo solicitó un único cambio, una leyenda: “Dentro de 30 segundos...”. Y le complacimos encantado.

Su confianza en la historia quedó totalmente justificada. En 1992, Button Man fue finalista al premio a la mejor historieta de la Sociedad de Ilustradores de Historietas y en 1993 fue galardonada en la misma categoría en una encuesta entre los lectores de Comic World, que también votaron a Arthur, por extraño que parezca, como mejor dibujante. La historia volvió a editarse en Estados Unidos y adquirieron los derechos para rodar un largometraje; además, desde entonces se han producido dos series más.

Esta edición es una recopilación de las historias. Te recomiendo que la leas como mejor se lee: de una sentada. Acurrúcate en el sillón, carga la pistola y no te olvides de la manta: vas a quedarte helado al recorrer las calles junto a Harry Exton, en busca de tu oponente, listo para matar.

John Wagner

Introducción publicada originalmente en las páginas de Button Man: el juego de la muerte. ¡Ya a la venta!