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Batwoman: El fin de una era

Mucho ha llovido desde que Batwoman fuera introducida en las páginas de 52 para después protagonizar una exitosa andadura en Detective Comics en 2009, justo tras la muerte de Batman. Curiosamente, cuando Kate se convirtió en la estrella de esta cabecera, hubo un nombre que quedó indeleblemente ligado a ella: J.H. Williams III. Este laureado autor firmó los lápices de aquellos primeros ejemplares de Detective Comics –que por aquel entonces estaban guionizados por Greg Rucka, uno de los creadores de la nueva y remozada Batwoman– y después pasó a encargarse de los guiones –junto a W. Haden Blackman– de la serie regular de Kate Kane, además de dibujar algunos episodios. Williams III recuperó alguno de los hilos argumentales introducidos por Rucka e ideó algunos nuevos, tejiendo una elaborada historia en la que la evolución estaba a la orden del día. Y es que la heroína presentada en el final de Batwoman: La sangre es espesa poco tiene que ver con la de Rucka o con la que se dio a conocer en Batwoman: Hidrología. Kate ha crecido como mujer, superando viejos traumas y redefiniendo una y otra vez las relaciones con sus familiares, allegados y enemigos.

El presente cuaderno supone el punto y final a la etapa escrita por Williams III y Blackman. A partir de ahora, Marc Andreyko tomará el relevo en los guiones de ambos. Este autor está avalado por su trabajo en Manhunter –una serie protagonizada por otra mujer que gozó del apoyo unánime de la crítica–, y no habrá que esperar mucho para leer sus historias, ya que ideó el anual de Batwoman incluido en el presente volumen. Y es que el cierre de la etapa de Williams merecía un especial por todo lo alto.

Y así finaliza una era, pero se inicia otra. El nivel de grandeza, afortunadamente, se ha mantenido intacto desde Detective Comics hasta los episodios que están por venir.

Enrique Ríos

Artículo publicado originalmente como introducción de Batwoman: La sangre es espesa - Final.