En los alocados años noventa, hubo alguien capaz de competir en popularidad con Batman, Superman y con cualquier otro héroe que se le pusiera por delante. Aparecía mes tras mes como invitado especial en las series de DC Comics... y esto era así porque su simple presencia suponía un aumento en las ventas de la cabecera de turno. Ese personaje, evidentemente, era Lobo. Nacido como villano al uso, a finales de los años ochenta se transformó en el antihéroe más amoral jamás creado y convulsionó los cimientos del noveno arte con unas historietas en las que se criticaba de todo: desde la violencia inherente en los cómics hasta el lugar de la religión en la sociedad, pasando por la educación, la política, la familia, etc. Lobo era tan violento que se comparaba a una fuerza de la naturaleza. Si hasta lo echaron del Infierno por ser demasiado malo...
La fuerza que lanzó a Lobo al estrellato se fue diluyendo con el tiempo. Tras una batería de inolvidables miniseries, el czarniano consiguió su primera serie regular y, a pesar de estar guionizada por Alan Grant –uno de los guionistas que mejor conocen al cazarrecompensas–, Lobo perdió gran parte de su irreverencia. Aquella cabecera tenía una calidad envidiable, pero no estaba protagonizada por un ser capaz de matar a toda su raza solo para ser único. La colección terminó cerrando sus puertas y el Hombre inició una nueva etapa en las páginas de Young Justice tras padecer un conveniente rejuvenecimiento. Sea como fuere, en esos momentos de transición entre cancelación y nueva era, DC Comics publicó un especial –que rememoraba su etapa más alocada– en el que Alan Grant y Simon Bisley juntaron a los que posiblemente habían sido los dos personajes más populares de la recién finalizada década: Batman y Lobo. Este encuentro estuvo avalado por otros cruces en los que ambos autores habían participado, como Batman/Juez Dredd... Y la historia no terminó ahí. No hace tanto, Sam Kieth volvió a juntar a héroe y antihéroe en Batman: El Caballero Oscuro – Lobo, mortalmente serio.
Enrique Ríos

Artículo publicado originalmente como introducción de Batman/Lobo.
La fuerza que lanzó a Lobo al estrellato se fue diluyendo con el tiempo. Tras una batería de inolvidables miniseries, el czarniano consiguió su primera serie regular y, a pesar de estar guionizada por Alan Grant –uno de los guionistas que mejor conocen al cazarrecompensas–, Lobo perdió gran parte de su irreverencia. Aquella cabecera tenía una calidad envidiable, pero no estaba protagonizada por un ser capaz de matar a toda su raza solo para ser único. La colección terminó cerrando sus puertas y el Hombre inició una nueva etapa en las páginas de Young Justice tras padecer un conveniente rejuvenecimiento. Sea como fuere, en esos momentos de transición entre cancelación y nueva era, DC Comics publicó un especial –que rememoraba su etapa más alocada– en el que Alan Grant y Simon Bisley juntaron a los que posiblemente habían sido los dos personajes más populares de la recién finalizada década: Batman y Lobo. Este encuentro estuvo avalado por otros cruces en los que ambos autores habían participado, como Batman/Juez Dredd... Y la historia no terminó ahí. No hace tanto, Sam Kieth volvió a juntar a héroe y antihéroe en Batman: El Caballero Oscuro – Lobo, mortalmente serio.
Enrique Ríos

Artículo publicado originalmente como introducción de Batman/Lobo.