El principal objetivo de Silencio fue devolver a Batman una merecida notoriedad, y también volverlo a instalar en el primer puesto de la lista de ventas estadounidenses. Para conseguirlo, el equipo creativo no podía ser más apropiado. Jeph Loeb había firmado varias historias memorables del personaje junto al dibujante Tim Sale durante los años anteriores (véase como paradigma El largo Halloween). Por su parte, Jim Lee, considerado por muchos un Rey Midas del cómic superheroico, llevaba tanto tiempo apartado de una serie mensual que las aventuras del Caballero Oscuro iban a suponer un regreso triunfal en el que demostraría a sus detractores dos cosas: que aún era capaz de evolucionar, como vemos en las páginas a lápiz de este mismo volumen, y también que podía cumplir con las fechas de entrega.

Y qué mejor forma de motivar a un artista que dándole lo que quiera dibujar. A lo largo de su extensa carrera, Loeb ha resultado ser perfectamente consciente de eso, y con Silencio no hizo ninguna excepción. Sus historias se convirtieron en el patio de recreo perfecto para un Lee inspiradísimo que ansiaba plasmar tantos elementos de la mitología del personaje como resultara posible. Es por esto por lo que este volumen es un desfile constante de aliados y enemigos de Batman con el propio Silencio como nexo en común. El resultado, como ya sabemos, fue un éxito rotundo que, desde 2003, se ha reeditado en numerosas ocasiones y en diversos formatos tanto dentro como fuera de Estados Unidos.
Pero esa sensación de taquillazo veraniego que transmite Silencio no se queda en solo eso. La saga no fue un experimento vacuo sino la consagración de una nueva forma de entender los superhéroes que arrasaba durante la primera década del siglo XXI. Por otra parte, la trama tuvo consecuencias importantísimas a medio y largo plazo dentro del peculiar contexto de Gotham City. Silencio se convirtió en un villano de referencia cuyas apariciones siempre despertaban la curiosidad de los lectores, sobre todo cuando cayó en las hábiles manos de Paul Dini en Batman: Calles de Gotham. La relación de Batman y Catwoman, por su parte, quedó marcada por una trama en la que habían resuelto los sentimientos que se profesaban en la que fuera una de las contadas ocasiones en que esa eterna tensión sexual ha terminado siendo algo más. Y por supuesto, ese “invitado sorpresa” que terminó no siendo tal abrió las puertas al regreso de uno de los personajes secundarios más recordados de la historia de Batman.
Por su parte, los autores aprovecharon la estela de la saga para reafirmar su carrera dentro de la propia DC. Loeb dio a la editorial uno de sus mayores éxitos contemporáneos, Superman/Batman, donde el guionista se puso a las órdenes de dibujantes como Ed McGuinness, Michael Turner o Carlos Pacheco. Lee siguió empeñado en demostrar que las series mensuales no le dan miedo, de ahí que, recientemente, haya compaginado sus labores editoriales con el dibujo de Liga de la Justicia y Superman: El Hombre de Acero, como bien sabrán los seguidores del Nuevo Universo DC.
Fran San Rafael
Artículo publicado originalmente en las páginas de Grandes autores de Batman: Jeph Loeb y Jim Lee - Batman: Silencio.

Y qué mejor forma de motivar a un artista que dándole lo que quiera dibujar. A lo largo de su extensa carrera, Loeb ha resultado ser perfectamente consciente de eso, y con Silencio no hizo ninguna excepción. Sus historias se convirtieron en el patio de recreo perfecto para un Lee inspiradísimo que ansiaba plasmar tantos elementos de la mitología del personaje como resultara posible. Es por esto por lo que este volumen es un desfile constante de aliados y enemigos de Batman con el propio Silencio como nexo en común. El resultado, como ya sabemos, fue un éxito rotundo que, desde 2003, se ha reeditado en numerosas ocasiones y en diversos formatos tanto dentro como fuera de Estados Unidos.
Pero esa sensación de taquillazo veraniego que transmite Silencio no se queda en solo eso. La saga no fue un experimento vacuo sino la consagración de una nueva forma de entender los superhéroes que arrasaba durante la primera década del siglo XXI. Por otra parte, la trama tuvo consecuencias importantísimas a medio y largo plazo dentro del peculiar contexto de Gotham City. Silencio se convirtió en un villano de referencia cuyas apariciones siempre despertaban la curiosidad de los lectores, sobre todo cuando cayó en las hábiles manos de Paul Dini en Batman: Calles de Gotham. La relación de Batman y Catwoman, por su parte, quedó marcada por una trama en la que habían resuelto los sentimientos que se profesaban en la que fuera una de las contadas ocasiones en que esa eterna tensión sexual ha terminado siendo algo más. Y por supuesto, ese “invitado sorpresa” que terminó no siendo tal abrió las puertas al regreso de uno de los personajes secundarios más recordados de la historia de Batman.
Por su parte, los autores aprovecharon la estela de la saga para reafirmar su carrera dentro de la propia DC. Loeb dio a la editorial uno de sus mayores éxitos contemporáneos, Superman/Batman, donde el guionista se puso a las órdenes de dibujantes como Ed McGuinness, Michael Turner o Carlos Pacheco. Lee siguió empeñado en demostrar que las series mensuales no le dan miedo, de ahí que, recientemente, haya compaginado sus labores editoriales con el dibujo de Liga de la Justicia y Superman: El Hombre de Acero, como bien sabrán los seguidores del Nuevo Universo DC.
Fran San Rafael
Artículo publicado originalmente en las páginas de Grandes autores de Batman: Jeph Loeb y Jim Lee - Batman: Silencio.