DC Comics celebró en 2005 su 70.º aniversario con un evento por todo lo alto titulado Crisis infinita que recuperó parte de la continuidad del pasado, incluido el Multiverso formado por diversas tierras paralelas donde los personajes de la casa pudieran vivir historias alternativas. Aprovechando la situación, muchos de sus héroes y heroínas estrenaron series o etapas con autores diferentes que les dieron un tono novedoso. En el caso de Batman, James Robinson y Paul Dini tomaron las riendas de Detective Comics mientras a la serie central llegaba Grant Morrison. Para entonces, ya hacía mucho tiempo que el guionista escocés se había convertido en toda una estrella en Estados Unidos. Su carrera en dicho país había arrancado con la novela gráfica Asilo Arkham y con la serie mensual Animal Man. Ambos títulos habían llamado poderosamente la atención en su día, y su trayectoria seguiría siendo ascendente a lo largo de los años noventa con diversos títulos del sello Vertigo, como La Patrulla Condenada, y con su incorporación al cómic de superhéroes más comercial. Esto sucedería en 1997 con JLA, una versión nueva pero respetuosa con lo clásico de la Liga de la Justicia de América, y continuaría en Marvel Comics con New X-Men.
Cuando se publicó su primer número de Batman, el 655, hacía un par de años que había regresado a DC para escribir obras clave del momento como Los Siete Soldados de la Victoria, We3 o All Star Superman. En esta última, acompañado por el dibujante Frank Quitely, estaba dando rienda suelta no solo a su prodigiosa imaginación sino también a su amor incondicional por la Edad de Plata, que en algunos aspectos también trasladó a las aventuras del Caballero Oscuro. Su episodio de debut, ilustrado por Andy Kubert, mostraba a Batman peleando contra el Joker y planteaba un misterio sutil en torno a la expresión “zur-en-ahrr”, una oscura referencia a una aventura publicada en 1958 donde un Hombre Murciélago muy colorido llevaba a Bruce Wayne a su planeta para que le ayudara a derrotar a sus enemigos. No obstante, la principal aportación de la saga inaugural de Morrison, titulada Batman e hijo, fue la aparición del nada entrañable Damian Wayne.
En 1987, la novela gráfica Batman: El hijo del Demonio planteó una novedad que no tardó en retirarse de la continuidad oficial: la existencia de un hijo de Bruce y Talia, la hija de Ra’s al Ghul. El tema había regresado de forma recurrente en algunos títulos de la línea Otros mundos, incluido Kingdom Come, pero nadie se había atrevido a incorporarlo al canon hasta la llegada de Morrison. Con él, Damian se había criado en un laboratorio y su madre lo había convertido en un temible asesino. Sumamente inteligente e incluso maquiavélico, el muchacho quedaba a cargo de su padre biológico y hacía lo posible para quitarse de en medio a la competencia, incluido Tim Drake, a quien pretendía sustituir como Robin.
La tensa relación entre Damian, Bruce y el resto de la Batfamilia se convirtió en uno de los ejes principales de la etapa de Morrison, en la que el niño iría evolucionando de personaje odioso a niño incomprendido de una forma tan orgánica que a muchos ya les parece increíble aquella pelea en la Batcueva con Drake. No obstante, la presentación del chaval no fue más que el comienzo de la etapa, a la que seguiría un episodio experimental en prosa protagonizado por el Joker que rompió los esquemas de los lectores habituales de la serie por lo atrevido del concepto. Y eso que no tardaría en llegar El guante negro, la saga que devolvería a la palestra a otro grupo de la Edad de Plata del que prácticamente no se acordaba de nadie. El Club de Héroes, también llamado “los Batman de Todas las Naciones”, se había presentado en 1955 en las páginas de Detective Comics núm. 215 después de que sus componentes hubieran ido haciendo acto de presencia en solitario. Aquellos héroes de diferentes nacionalidades (el Gaucho argentino, el Mosquetero francés o el Caballero británico) regresaron a la continuidad en una saga ilustrada por J.H. Williams III que mostraba al Batman más detectivesco sumido en una trama que parecía salida de una novela de Agatha Christie.
La resolución de la herencia materna de Damian llegó con un evento que afectó a todas las series de la franquicia (La resurrección de Ra’s al Ghul) antes de que Morrison pusiera fin a su primer gran acto con el Caballero Oscuro. Se trataba de Batman: R.I.P., donde confluyeron todos los elementos que había tratado hasta entonces: los planes del Joker desde Arkham, las intrigas del Guante Negro, la reacción de Nightwing y Robin a los hechos recientes... Incluso el Club de Héroes tuvo un papel destacado en la trama, que apuntaba a una posible defunción de Bruce Wayne con semejante título. Cuando esta terminó, los lectores descubrieron que Morrison estaba jugando con la psique del protagonista y que aquel “R.I.P.” hacía más referencia a su salud mental que a su bienestar físico. Así pues, Batman se había salvado de la muerte.
Y entonces, el guionista lo mató. O no.
Crisis final se publicó entre mayo de 2008 y enero de 2009 y demostró que no todos los grandes eventos editoriales son iguales. Aunque afectara a numerosos personajes e incluso derivara en diversas miniseries y algunos especiales, la trama seguía siendo un proyecto personal de Morrison que arrancaba con la excusa de la desaparición de los Nuevos Dioses y terminaba con un retorcido clímax donde medio Multiverso se volcaba en poner fin al villano de la trama, que no era tan obvio como parecía al principio. Por el camino, sucedieron cosas cruciales, la más impactante de las cuales fue la muerte de Batman a manos del Rayo Omega de Darkseid en un escena brutal ilustrada por Doug Mahnke. Sin previo aviso, la miniserie se había convertido en el auténtico final del primer acto de los planes de Morrison, que no dejó escapar la posibilidad de anunciar qué sería lo siguiente cuando, en la escena final, Bruce Wayne apareciera en la Prehistoria pintando el símbolo del murciélago en una cueva.
Fran San Rafael.
Lista de capítulos:
Batman - Capítulo 1: El comienzo de la leyenda
Batman - Capítulo 2: Los primeros adversarios
Batman - Capítulo 3: La seducción de los inocentes
Batman - Capítulo 4: Los felices años sesenta
Batman - Capítulo 5: Vuelta a los orígenes
Batman - Capítulo 6: La época de la experimentación
Batman - Capítulo 7: Nuevas compañías
Batman - Capítulo 8: La llegada de Frank Miller
Batman - Capítulo 9: Malos tiempos para la familia
Batman - Capítulo 10: El Diablo a la luz de la Luna
Batman - Capítulo 11: Los formatos del murciélago
Batman - Capítulo 12: Un lugar solitario donde triunfar
Batman - Capítulo 13: La caída del Caballero Oscuro
Batman - Capítulo 14: La serie animada
Batman - Capítulo 15: El regreso del murciélago
Batman - Capítulo 16: Tierra de Nadie
Batman - Capítulo 17: El cambio de siglo
Batman - Capítulo 18: Silencio
Batman - Capítulo 19: La vuelta al cine
Batman - Capítulo 21: ¿Por qué estás tan serio?
Batman - Capítulo 22: Amanece la justicia
Batman - Capítulo 23: La "resurrección" de Bruce Wayne
Cuando se publicó su primer número de Batman, el 655, hacía un par de años que había regresado a DC para escribir obras clave del momento como Los Siete Soldados de la Victoria, We3 o All Star Superman. En esta última, acompañado por el dibujante Frank Quitely, estaba dando rienda suelta no solo a su prodigiosa imaginación sino también a su amor incondicional por la Edad de Plata, que en algunos aspectos también trasladó a las aventuras del Caballero Oscuro. Su episodio de debut, ilustrado por Andy Kubert, mostraba a Batman peleando contra el Joker y planteaba un misterio sutil en torno a la expresión “zur-en-ahrr”, una oscura referencia a una aventura publicada en 1958 donde un Hombre Murciélago muy colorido llevaba a Bruce Wayne a su planeta para que le ayudara a derrotar a sus enemigos. No obstante, la principal aportación de la saga inaugural de Morrison, titulada Batman e hijo, fue la aparición del nada entrañable Damian Wayne.
En 1987, la novela gráfica Batman: El hijo del Demonio planteó una novedad que no tardó en retirarse de la continuidad oficial: la existencia de un hijo de Bruce y Talia, la hija de Ra’s al Ghul. El tema había regresado de forma recurrente en algunos títulos de la línea Otros mundos, incluido Kingdom Come, pero nadie se había atrevido a incorporarlo al canon hasta la llegada de Morrison. Con él, Damian se había criado en un laboratorio y su madre lo había convertido en un temible asesino. Sumamente inteligente e incluso maquiavélico, el muchacho quedaba a cargo de su padre biológico y hacía lo posible para quitarse de en medio a la competencia, incluido Tim Drake, a quien pretendía sustituir como Robin.
La tensa relación entre Damian, Bruce y el resto de la Batfamilia se convirtió en uno de los ejes principales de la etapa de Morrison, en la que el niño iría evolucionando de personaje odioso a niño incomprendido de una forma tan orgánica que a muchos ya les parece increíble aquella pelea en la Batcueva con Drake. No obstante, la presentación del chaval no fue más que el comienzo de la etapa, a la que seguiría un episodio experimental en prosa protagonizado por el Joker que rompió los esquemas de los lectores habituales de la serie por lo atrevido del concepto. Y eso que no tardaría en llegar El guante negro, la saga que devolvería a la palestra a otro grupo de la Edad de Plata del que prácticamente no se acordaba de nadie. El Club de Héroes, también llamado “los Batman de Todas las Naciones”, se había presentado en 1955 en las páginas de Detective Comics núm. 215 después de que sus componentes hubieran ido haciendo acto de presencia en solitario. Aquellos héroes de diferentes nacionalidades (el Gaucho argentino, el Mosquetero francés o el Caballero británico) regresaron a la continuidad en una saga ilustrada por J.H. Williams III que mostraba al Batman más detectivesco sumido en una trama que parecía salida de una novela de Agatha Christie.
La resolución de la herencia materna de Damian llegó con un evento que afectó a todas las series de la franquicia (La resurrección de Ra’s al Ghul) antes de que Morrison pusiera fin a su primer gran acto con el Caballero Oscuro. Se trataba de Batman: R.I.P., donde confluyeron todos los elementos que había tratado hasta entonces: los planes del Joker desde Arkham, las intrigas del Guante Negro, la reacción de Nightwing y Robin a los hechos recientes... Incluso el Club de Héroes tuvo un papel destacado en la trama, que apuntaba a una posible defunción de Bruce Wayne con semejante título. Cuando esta terminó, los lectores descubrieron que Morrison estaba jugando con la psique del protagonista y que aquel “R.I.P.” hacía más referencia a su salud mental que a su bienestar físico. Así pues, Batman se había salvado de la muerte.
Y entonces, el guionista lo mató. O no.
Crisis final se publicó entre mayo de 2008 y enero de 2009 y demostró que no todos los grandes eventos editoriales son iguales. Aunque afectara a numerosos personajes e incluso derivara en diversas miniseries y algunos especiales, la trama seguía siendo un proyecto personal de Morrison que arrancaba con la excusa de la desaparición de los Nuevos Dioses y terminaba con un retorcido clímax donde medio Multiverso se volcaba en poner fin al villano de la trama, que no era tan obvio como parecía al principio. Por el camino, sucedieron cosas cruciales, la más impactante de las cuales fue la muerte de Batman a manos del Rayo Omega de Darkseid en un escena brutal ilustrada por Doug Mahnke. Sin previo aviso, la miniserie se había convertido en el auténtico final del primer acto de los planes de Morrison, que no dejó escapar la posibilidad de anunciar qué sería lo siguiente cuando, en la escena final, Bruce Wayne apareciera en la Prehistoria pintando el símbolo del murciélago en una cueva.
Fran San Rafael.
Lista de capítulos:
Batman - Capítulo 1: El comienzo de la leyenda
Batman - Capítulo 2: Los primeros adversarios
Batman - Capítulo 3: La seducción de los inocentes
Batman - Capítulo 4: Los felices años sesenta
Batman - Capítulo 5: Vuelta a los orígenes
Batman - Capítulo 6: La época de la experimentación
Batman - Capítulo 7: Nuevas compañías
Batman - Capítulo 8: La llegada de Frank Miller
Batman - Capítulo 9: Malos tiempos para la familia
Batman - Capítulo 10: El Diablo a la luz de la Luna
Batman - Capítulo 11: Los formatos del murciélago
Batman - Capítulo 12: Un lugar solitario donde triunfar
Batman - Capítulo 13: La caída del Caballero Oscuro
Batman - Capítulo 14: La serie animada
Batman - Capítulo 15: El regreso del murciélago
Batman - Capítulo 16: Tierra de Nadie
Batman - Capítulo 17: El cambio de siglo
Batman - Capítulo 18: Silencio
Batman - Capítulo 19: La vuelta al cine
Batman - Capítulo 21: ¿Por qué estás tan serio?
Batman - Capítulo 22: Amanece la justicia
Batman - Capítulo 23: La "resurrección" de Bruce Wayne