Mientras Ed Brubaker y Greg Rucka, acompañados por otros autores, acompañaban los pasos de Batman al principio del nuevo siglo, DC Comics estaba preparando un auténtico acontecimiento que marcaría el camino de los años siguientes. Se trataba de una gran saga del personaje titulada Silencio que empezaría en diciembre de 2002 en Batman núm. 608 y continuaría durante la friolera de 12 meses en la misma colección. Y en ninguna otra. No en vano, se trataba de una historia contenida que realizarían tan solo dos autores. El guionista sería Jeph Loeb, que ya había destacado en El largo Halloweeny sus secuelas como uno de los grandes guionistas del Caballero Oscuro de los años noventa. El dibujante sería la gran sorpresa, ya que se trataba del mismísimo Jim Lee, uno de los autores más comerciales de la industria. El objetivo estaba claro: devolver al personaje al primer puesto de la lista de ventas. Y el reto no era poco, ya que Lee llevaba mucho tiempo apartado de una colección mensual.
Nacido en Corea del Sur en 1954, Jim Lee había llamado poderosamente la atención de los lectores a finales de los años ochenta, cuando empezó a trabajar en series de Marvel Comics como Alpha Flight, Punisher War Journal y, sobre todo, Uncanny X-Men. Su labor en esta al lado del escritor Chris Claremont propició que la Casa de las Ideas le creara una segunda serie de los mutantes a medida de sus espectaculares composiciones. Titulada simplemente X-Men, su primer número vendió ocho millones de ejemplares, un hito sin parangón en el cómic de la época. En aquellos momentos, Lee no era el único dibujante estrella de Marvel, ya que eran muchos los recién llegados que estaban contando historias de inmensa repercusión comercial... y no se sentían bien pagados. Es por esto por lo que, en 1992, Lee y algunos de aquellos compañeros se marcharon en busca de pastos más verdes y fundaron una editorial propia cuyos personajes serían propiedad de los respectivos creadores. WildStorm, el estudio que Lee fundó dentro de aquella Image Comics, albergó a personajes tan conocidos como los WildC.A.T.S. o The Authority hasta que el autor decidió regresar a una de los dos grandes con todas sus creaciones a cuestas. Fue así como, en 1998, WildStorm llegó a DC Comics, primero como sello independiente, después como parte integrada en el universo de ficción de la casa. Sin embargo, para aquel entonces, Lee desempeñaba una importante labor editorial que le impedía dedicar tiempo a su gran pasión: el dibujo. Y fue por esto por lo que se lanzó a la gran aventura de ocuparse de una serie mensual durante un año entero, un auténtico reto para él que, según ha dicho en alguna ocasión, también incluía una apuesta con los editores.
Silencio arrancaba con un episodio que no podía ser obra de nadie que no fuera Jim Lee. Cargado de acción, con un encontronazo con Killer Croc y una aparición estelar de Catwoman que incluía la eterna persecución por las azoteas de Gotham City. Pero en plena pugna, el Caballero Oscuro sufría un accidente provocado por una mano misteriosa que le provocaba una caída aparatosa cuya consecuencia sería una lesión craneal grave. A partir de ahí, la trama se desarrollaba con una sucesión de los enemigos y aliados habituales de Batman. El Joker, Ra’s al Ghul, Harley Quinn, Hiedra Venenosa, Nightwing, Robin... Casi todos tenían su momento de gloria, e incluso Superman realizaba una aparición aclamada por los lectores con los que Lee tan bien había conectado. No en vano, Loeb es uno de esos guionistas que sabe adaptarse a las necesidades y los deseos de los artistas con que trabaja, y fue capaz de construir una trama de auténtico lucimiento donde la acción primaba por encima del todo al estilo de un taquillazo cinematográfico de verano. No obstante, la gran virtud de Loeb en El largo Halloween seguía estando presente, ya que Silencio fue, artificios visuales aparte, una inmensa historia de misterio en que las pistas falsas se iban sucediendo sin ningún pudor mientras los lectores se devanaban los sesos intentando averiguar la identidad del malvado que movía los hilos de tantos personajes.
Batman núm. 608 fue el cómic más vendido del mes, y el éxito se prolongó a lo largo del año siguiente. A día de hoy, sigue siendo una de las historias más populares del Caballero Oscuro, y las críticas iniciales que contrastaban su tono marcadamente comercial con la labor más artesanal de Brubaker y Rucka han ido cediendo terreno al reconocimiento de Silencio como lo que fue, un espectáculo cuyo objetivo era devolver al personaje el foco de atención que merecía. La saga se ha recopilado en innumerables ocasiones y en tantos formatos que cuesta seguir la pista, muestra de que sus detractores estaban equivocados cuando decían que no sobreviviría al paso del tiempo una vez pasara el asombro inmediato. Por su parte, el villano misterioso que le daba título siguió apareciendo en los cómics del Hombre Murciélago de los años siguientes (y también en otros medios, como la popular saga de videojuegos iniciada con Arkham Asylum).
Las vicisitudes posteriores de Silencio quedaron ya en mano de otros autores, entre ellos Paul Dini, que le sacó todo el jugo en la serie Batman: Streets of Gotham. Loeb y Lee tenían planeado quedarse seis meses más en la serie para analizar las consecuencias de lo sucedido, pero al final no pudo ser. El dibujante ya le había retomado el gusto a la mesa de dibujo y se embarcaría casi enseguida en un proyecto similar, en aquel caso en la serie mensual de Superman y con Brian Azzarello como guionista. Por el mañana sería tan solo el segundo capítulo de una nueva etapa como ilustrador que se prolonga hasta la actualidad y en la que ha compaginado labores editoriales con el dibujo de diversas colecciones de DC Comics, incluido un proyecto muy especial realizado junto a Frank Miller. Se trataba de All Star Batman y Robin, enmarcado en una nueva línea editorial cuyo objetivo era contar historias al margen de la continuidad. Con la muerte de los Grayson Voladores como punto de partida, relató el nacimiento del Chico Maravilla desde un punto de vista que solo Miller podría haber dado, con invitados especiales que iban desde los villanos habituales hasta miembros ridiculizados de la Liga de la Justicia de América.
Fran San Rafael.
Lista de capítulos:
Batman - Capítulo 1: El comienzo de la leyenda
Batman - Capítulo 2: Los primeros adversarios
Batman - Capítulo 3: La seducción de los inocentes
Batman - Capítulo 4: Los felices años sesenta
Batman - Capítulo 5: Vuelta a los orígenes
Batman - Capítulo 6: La época de la experimentación
Batman - Capítulo 7: Nuevas compañías
Batman - Capítulo 8: La llegada de Frank Miller
Batman - Capítulo 9: Malos tiempos para la familia
Batman - Capítulo 10: El Diablo a la luz de la Luna
Batman - Capítulo 11: Los formatos del murciélago
Batman - Capítulo 12: Un lugar solitario donde triunfar
Batman - Capítulo 13: La caída del Caballero Oscuro
Batman - Capítulo 14: La serie animada
Batman - Capítulo 15: El regreso del murciélago
Batman - Capítulo 16: Tierra de Nadie
Batman - Capítulo 17: El cambio de siglo
Batman - Capítulo 19: La vuelta al cine
Batman - Capítulo 20: El Batman de Grant Morrison
Batman - Capítulo 21: ¿Por qué estás tan serio?
Batman - Capítulo 22: Amanece la justicia
Batman - Capítulo 23: La "resurrección" de Bruce Wayne
Nacido en Corea del Sur en 1954, Jim Lee había llamado poderosamente la atención de los lectores a finales de los años ochenta, cuando empezó a trabajar en series de Marvel Comics como Alpha Flight, Punisher War Journal y, sobre todo, Uncanny X-Men. Su labor en esta al lado del escritor Chris Claremont propició que la Casa de las Ideas le creara una segunda serie de los mutantes a medida de sus espectaculares composiciones. Titulada simplemente X-Men, su primer número vendió ocho millones de ejemplares, un hito sin parangón en el cómic de la época. En aquellos momentos, Lee no era el único dibujante estrella de Marvel, ya que eran muchos los recién llegados que estaban contando historias de inmensa repercusión comercial... y no se sentían bien pagados. Es por esto por lo que, en 1992, Lee y algunos de aquellos compañeros se marcharon en busca de pastos más verdes y fundaron una editorial propia cuyos personajes serían propiedad de los respectivos creadores. WildStorm, el estudio que Lee fundó dentro de aquella Image Comics, albergó a personajes tan conocidos como los WildC.A.T.S. o The Authority hasta que el autor decidió regresar a una de los dos grandes con todas sus creaciones a cuestas. Fue así como, en 1998, WildStorm llegó a DC Comics, primero como sello independiente, después como parte integrada en el universo de ficción de la casa. Sin embargo, para aquel entonces, Lee desempeñaba una importante labor editorial que le impedía dedicar tiempo a su gran pasión: el dibujo. Y fue por esto por lo que se lanzó a la gran aventura de ocuparse de una serie mensual durante un año entero, un auténtico reto para él que, según ha dicho en alguna ocasión, también incluía una apuesta con los editores.
Silencio arrancaba con un episodio que no podía ser obra de nadie que no fuera Jim Lee. Cargado de acción, con un encontronazo con Killer Croc y una aparición estelar de Catwoman que incluía la eterna persecución por las azoteas de Gotham City. Pero en plena pugna, el Caballero Oscuro sufría un accidente provocado por una mano misteriosa que le provocaba una caída aparatosa cuya consecuencia sería una lesión craneal grave. A partir de ahí, la trama se desarrollaba con una sucesión de los enemigos y aliados habituales de Batman. El Joker, Ra’s al Ghul, Harley Quinn, Hiedra Venenosa, Nightwing, Robin... Casi todos tenían su momento de gloria, e incluso Superman realizaba una aparición aclamada por los lectores con los que Lee tan bien había conectado. No en vano, Loeb es uno de esos guionistas que sabe adaptarse a las necesidades y los deseos de los artistas con que trabaja, y fue capaz de construir una trama de auténtico lucimiento donde la acción primaba por encima del todo al estilo de un taquillazo cinematográfico de verano. No obstante, la gran virtud de Loeb en El largo Halloween seguía estando presente, ya que Silencio fue, artificios visuales aparte, una inmensa historia de misterio en que las pistas falsas se iban sucediendo sin ningún pudor mientras los lectores se devanaban los sesos intentando averiguar la identidad del malvado que movía los hilos de tantos personajes.
Batman núm. 608 fue el cómic más vendido del mes, y el éxito se prolongó a lo largo del año siguiente. A día de hoy, sigue siendo una de las historias más populares del Caballero Oscuro, y las críticas iniciales que contrastaban su tono marcadamente comercial con la labor más artesanal de Brubaker y Rucka han ido cediendo terreno al reconocimiento de Silencio como lo que fue, un espectáculo cuyo objetivo era devolver al personaje el foco de atención que merecía. La saga se ha recopilado en innumerables ocasiones y en tantos formatos que cuesta seguir la pista, muestra de que sus detractores estaban equivocados cuando decían que no sobreviviría al paso del tiempo una vez pasara el asombro inmediato. Por su parte, el villano misterioso que le daba título siguió apareciendo en los cómics del Hombre Murciélago de los años siguientes (y también en otros medios, como la popular saga de videojuegos iniciada con Arkham Asylum).
Las vicisitudes posteriores de Silencio quedaron ya en mano de otros autores, entre ellos Paul Dini, que le sacó todo el jugo en la serie Batman: Streets of Gotham. Loeb y Lee tenían planeado quedarse seis meses más en la serie para analizar las consecuencias de lo sucedido, pero al final no pudo ser. El dibujante ya le había retomado el gusto a la mesa de dibujo y se embarcaría casi enseguida en un proyecto similar, en aquel caso en la serie mensual de Superman y con Brian Azzarello como guionista. Por el mañana sería tan solo el segundo capítulo de una nueva etapa como ilustrador que se prolonga hasta la actualidad y en la que ha compaginado labores editoriales con el dibujo de diversas colecciones de DC Comics, incluido un proyecto muy especial realizado junto a Frank Miller. Se trataba de All Star Batman y Robin, enmarcado en una nueva línea editorial cuyo objetivo era contar historias al margen de la continuidad. Con la muerte de los Grayson Voladores como punto de partida, relató el nacimiento del Chico Maravilla desde un punto de vista que solo Miller podría haber dado, con invitados especiales que iban desde los villanos habituales hasta miembros ridiculizados de la Liga de la Justicia de América.
Fran San Rafael.
Lista de capítulos:
Batman - Capítulo 1: El comienzo de la leyenda
Batman - Capítulo 2: Los primeros adversarios
Batman - Capítulo 3: La seducción de los inocentes
Batman - Capítulo 4: Los felices años sesenta
Batman - Capítulo 5: Vuelta a los orígenes
Batman - Capítulo 6: La época de la experimentación
Batman - Capítulo 7: Nuevas compañías
Batman - Capítulo 8: La llegada de Frank Miller
Batman - Capítulo 9: Malos tiempos para la familia
Batman - Capítulo 10: El Diablo a la luz de la Luna
Batman - Capítulo 11: Los formatos del murciélago
Batman - Capítulo 12: Un lugar solitario donde triunfar
Batman - Capítulo 13: La caída del Caballero Oscuro
Batman - Capítulo 14: La serie animada
Batman - Capítulo 15: El regreso del murciélago
Batman - Capítulo 16: Tierra de Nadie
Batman - Capítulo 17: El cambio de siglo
Batman - Capítulo 19: La vuelta al cine
Batman - Capítulo 20: El Batman de Grant Morrison
Batman - Capítulo 21: ¿Por qué estás tan serio?
Batman - Capítulo 22: Amanece la justicia
Batman - Capítulo 23: La "resurrección" de Bruce Wayne