La llegada del siglo XXI produjo un efecto curioso en el cómic de superhéroes. Los años ochenta habían traído el auge de autores completos como John Byrne, Frank Miller, Walter Simonson o George Pérez que escribían y dibujaban los cómics de la dos grandes editoriales de Estados Unidos. Los noventa, por su parte, habían estado marcados por los dibujantes espectaculares que ilustraban páginas repletas de acción e imágenes potentes, con Todd McFarlane y Jim Lee como principales representantes. Este peso en el dibujo había sido el origen de una época convulsa para la industria en general y para Marvel y DC en particular; pero curiosamente, la balanza había empezado a equilibrarse por el lado contrario a finales de la década. Siguiendo la estela de Alan Moore, el gran guionista de los ochenta, Grant Morrison había conseguido que su Liga de la Justicia de América se vendiera tan solo por su nombre, una tendencia que arrastró a su etapa en los X-Men de Marvel.
Con este precedente, los guionistas empezaron a convertirse paulatinamente en las grandes estrellas de Marvel y DC, y las aventuras de Batman no fueron la excepción. Poco antes de Tierra de nadie, había llegado a las mismas, que pasada la trama siguió haciendo las delicias de los aficionados en las series mensuales del personaje y en proyectos paralelos como Batman: La muerte y las doncellas, donde profundizó en el clan de los Al Ghul en compañía del dibujante Klaus Janson, entintador de la célebre El regreso del Caballero Oscuro de Miller. No obstante, Rucka no fue el único gran guionista de la franquicia en aquella época, ya que compartió honores con Ed Brubaker, escritor formado en el cómic independiente que ya había trabajado en el sello Vertigo de la propia DC. Dicha línea estaba formada por colecciones de tono adulto que bebían de la herencia de Moore, uno de sus grandes precursores de la misma junto al propio Morrison, y por la que ya habían pasado guionistas de renombre como Jamie Delano o Peter Milligan cuyas ideas habían plantado cara a la moda más comercial de los años noventa.
Brubaker llegó a la franquicia de Batman en 2000, poco después de Tierra de nadie. Su nombre no tardó en verse unido al de Rucka, con quien colaboró para orquestar las siguientes grandes sagas de los héroes de Gotham City. No en vano, a pesar de la marcha de Dennis O’Neil como editor, el filón de los eventos editoriales era demasiado jugoso para dejarlo atrás. Así, no tardaron en llegar Bruce Wayne: ¿Asesino? y su inmediata continuación, Bruce Wayne: Fugitivo. La tendencia de Rucka y Brubaker a escribir historias más detectivescas que superheroicas para el Caballero Oscuro fue la base de aquellas historias que comenzaban cuando Vesper Fairchild, la enésima novia del protagonista, aparecía muerta. Bruce Wayne era el principal sospechoso, lo cual puso patas arriba la vida de todos sus amigos y aliados durante varios meses hasta que se descubrió la verdad.
Fue precisamente en aquel momento cuando desapareció Catwoman. La tradicional enemiga de Batman había disfrutado de una colección propia durante casi una década, pero las ventas habían propiciado la cancelación en 2001. Por supuesto, Selina Kyle se despidió a lo grande con una presunta muerte a manos de Deathstroke, un asesino a sueldo que también había disfrutado de un breve momento de gloria en la década anterior. No obstante, la Felina Fatal no había conseguido engañar a todo el mundo. Slam Bradley, un popular detective de Gotham City cuya existencia es anterior incluso a la del propio Batman, investigó el caso en Slam Bradley: El rastro de Catwoman, una historia publicada en los complementos de Detective Comics núms. del 759 al 762. Dibujada por Darwyn Cooke, autor que estaba destinado a grandes cosas con el nuevo milenio, supuso la antesala del retorno triunfal de Kyle en una nueva serie mensual realizada por los mismos autores que marcaría el tono de los años posteriores. En ella, Catwoman se libró para siempre de la condición de supervillana y se convirtió en una antiheroína que defendía a los desposeídos de su ciudad aunque no renegara de tocar las narices a Batman de vez en cuando. El cambio de tono propició un avance en la relación entre los dos adversarios que se desarrollaría durante años. De hecho, sigue evolucionando en la actualidad. Para completar aquel retorno a la grandeza, el propio Cooke escribió y dibujó la novela gráfica El gran golpe de Selina, donde regresaba a Gotham City durante los hechos de Slam Bradley: El rastro de Catwoman.
A pesar de todo, la gran aportación de Brubaker y Rucka a la franquicia no llegaría hasta finales de 2002 con una colección titulada Gotham Central. Dado que ambos habían dado gran importancia a la faceta detectivesca de Batman y a sus secundarios, sobre todo a los policías, no es de extrañar que les interesara un proyecto tan arriesgado como una serie protagonizada por las autoridades locales. Era una serie donde Batman tenía un papel anecdótico, si es que lo tenía, y por el que pululaban otros héroes como la Cazadora y villanos inevitables como el Joker o Dos Caras, pero siempre desde el punto de vista de los capitanes y agentes de la policía. La serie seguía una estructura curiosa, ya que los arcos argumentales se orquestaban según el turno, fuera el de día o el de noche. Rucka escribía el primero, Brubaker el segundo, a veces confluían con los personajes de cada uno, y todo lo dibujaba Michael Lark, cuyo estilo encajaba perfectamente en una colección que se considera una de las obras maestras de la época. Eso sí, en su día, las ventas mensuales dejaban mucho que desear, pero las recopilaciones periódicas en tomo la salvaron de la cancelación en numerosas ocasiones. Y al mismo tiempo que se apostaba en firme por un producto casi propio del mercado independiente, se avistaba el inicio del que sería el primer bombazo comercial de Batman del nuevo siglo. Curiosamente, propiciado por un dibujante emblemático de la década anterior.
Fran San Rafael.
Lista de capítulos:
Batman - Capítulo 1: El comienzo de la leyenda
Batman - Capítulo 2: Los primeros adversarios
Batman - Capítulo 3: La seducción de los inocentes
Batman - Capítulo 4: Los felices años sesenta
Batman - Capítulo 5: Vuelta a los orígenes
Batman - Capítulo 6: La época de la experimentación
Batman - Capítulo 7: Nuevas compañías
Batman - Capítulo 8: La llegada de Frank Miller
Batman - Capítulo 9: Malos tiempos para la familia
Batman - Capítulo 10: El Diablo a la luz de la Luna
Batman - Capítulo 11: Los formatos del murciélago
Batman - Capítulo 12: Un lugar solitario donde triunfar
Batman - Capítulo 13: La caída del Caballero Oscuro
Batman - Capítulo 14: La serie animada
Batman - Capítulo 15: El regreso del murciélago
Batman - Capítulo 16: Tierra de Nadie
Batman - Capítulo 18: Silencio
Batman - Capítulo 19: La vuelta al cine
Batman - Capítulo 20: El Batman de Grant Morrison
Batman - Capítulo 21: ¿Por qué estás tan serio?
Batman - Capítulo 22: Amanece la justicia
Batman - Capítulo 23: La "resurrección" de Bruce Wayne
Con este precedente, los guionistas empezaron a convertirse paulatinamente en las grandes estrellas de Marvel y DC, y las aventuras de Batman no fueron la excepción. Poco antes de Tierra de nadie, había llegado a las mismas, que pasada la trama siguió haciendo las delicias de los aficionados en las series mensuales del personaje y en proyectos paralelos como Batman: La muerte y las doncellas, donde profundizó en el clan de los Al Ghul en compañía del dibujante Klaus Janson, entintador de la célebre El regreso del Caballero Oscuro de Miller. No obstante, Rucka no fue el único gran guionista de la franquicia en aquella época, ya que compartió honores con Ed Brubaker, escritor formado en el cómic independiente que ya había trabajado en el sello Vertigo de la propia DC. Dicha línea estaba formada por colecciones de tono adulto que bebían de la herencia de Moore, uno de sus grandes precursores de la misma junto al propio Morrison, y por la que ya habían pasado guionistas de renombre como Jamie Delano o Peter Milligan cuyas ideas habían plantado cara a la moda más comercial de los años noventa.
Brubaker llegó a la franquicia de Batman en 2000, poco después de Tierra de nadie. Su nombre no tardó en verse unido al de Rucka, con quien colaboró para orquestar las siguientes grandes sagas de los héroes de Gotham City. No en vano, a pesar de la marcha de Dennis O’Neil como editor, el filón de los eventos editoriales era demasiado jugoso para dejarlo atrás. Así, no tardaron en llegar Bruce Wayne: ¿Asesino? y su inmediata continuación, Bruce Wayne: Fugitivo. La tendencia de Rucka y Brubaker a escribir historias más detectivescas que superheroicas para el Caballero Oscuro fue la base de aquellas historias que comenzaban cuando Vesper Fairchild, la enésima novia del protagonista, aparecía muerta. Bruce Wayne era el principal sospechoso, lo cual puso patas arriba la vida de todos sus amigos y aliados durante varios meses hasta que se descubrió la verdad.
Fue precisamente en aquel momento cuando desapareció Catwoman. La tradicional enemiga de Batman había disfrutado de una colección propia durante casi una década, pero las ventas habían propiciado la cancelación en 2001. Por supuesto, Selina Kyle se despidió a lo grande con una presunta muerte a manos de Deathstroke, un asesino a sueldo que también había disfrutado de un breve momento de gloria en la década anterior. No obstante, la Felina Fatal no había conseguido engañar a todo el mundo. Slam Bradley, un popular detective de Gotham City cuya existencia es anterior incluso a la del propio Batman, investigó el caso en Slam Bradley: El rastro de Catwoman, una historia publicada en los complementos de Detective Comics núms. del 759 al 762. Dibujada por Darwyn Cooke, autor que estaba destinado a grandes cosas con el nuevo milenio, supuso la antesala del retorno triunfal de Kyle en una nueva serie mensual realizada por los mismos autores que marcaría el tono de los años posteriores. En ella, Catwoman se libró para siempre de la condición de supervillana y se convirtió en una antiheroína que defendía a los desposeídos de su ciudad aunque no renegara de tocar las narices a Batman de vez en cuando. El cambio de tono propició un avance en la relación entre los dos adversarios que se desarrollaría durante años. De hecho, sigue evolucionando en la actualidad. Para completar aquel retorno a la grandeza, el propio Cooke escribió y dibujó la novela gráfica El gran golpe de Selina, donde regresaba a Gotham City durante los hechos de Slam Bradley: El rastro de Catwoman.
A pesar de todo, la gran aportación de Brubaker y Rucka a la franquicia no llegaría hasta finales de 2002 con una colección titulada Gotham Central. Dado que ambos habían dado gran importancia a la faceta detectivesca de Batman y a sus secundarios, sobre todo a los policías, no es de extrañar que les interesara un proyecto tan arriesgado como una serie protagonizada por las autoridades locales. Era una serie donde Batman tenía un papel anecdótico, si es que lo tenía, y por el que pululaban otros héroes como la Cazadora y villanos inevitables como el Joker o Dos Caras, pero siempre desde el punto de vista de los capitanes y agentes de la policía. La serie seguía una estructura curiosa, ya que los arcos argumentales se orquestaban según el turno, fuera el de día o el de noche. Rucka escribía el primero, Brubaker el segundo, a veces confluían con los personajes de cada uno, y todo lo dibujaba Michael Lark, cuyo estilo encajaba perfectamente en una colección que se considera una de las obras maestras de la época. Eso sí, en su día, las ventas mensuales dejaban mucho que desear, pero las recopilaciones periódicas en tomo la salvaron de la cancelación en numerosas ocasiones. Y al mismo tiempo que se apostaba en firme por un producto casi propio del mercado independiente, se avistaba el inicio del que sería el primer bombazo comercial de Batman del nuevo siglo. Curiosamente, propiciado por un dibujante emblemático de la década anterior.
Fran San Rafael.
Lista de capítulos:
Batman - Capítulo 1: El comienzo de la leyenda
Batman - Capítulo 2: Los primeros adversarios
Batman - Capítulo 3: La seducción de los inocentes
Batman - Capítulo 4: Los felices años sesenta
Batman - Capítulo 5: Vuelta a los orígenes
Batman - Capítulo 6: La época de la experimentación
Batman - Capítulo 7: Nuevas compañías
Batman - Capítulo 8: La llegada de Frank Miller
Batman - Capítulo 9: Malos tiempos para la familia
Batman - Capítulo 10: El Diablo a la luz de la Luna
Batman - Capítulo 11: Los formatos del murciélago
Batman - Capítulo 12: Un lugar solitario donde triunfar
Batman - Capítulo 13: La caída del Caballero Oscuro
Batman - Capítulo 14: La serie animada
Batman - Capítulo 15: El regreso del murciélago
Batman - Capítulo 16: Tierra de Nadie
Batman - Capítulo 18: Silencio
Batman - Capítulo 19: La vuelta al cine
Batman - Capítulo 20: El Batman de Grant Morrison
Batman - Capítulo 21: ¿Por qué estás tan serio?
Batman - Capítulo 22: Amanece la justicia
Batman - Capítulo 23: La "resurrección" de Bruce Wayne