En 1989, el mercado de venta directa a librerías especializadas estaba consolidado, y los cómics ya eran mucho más que grapas mensuales, con un sinfín de formatos que tanto DC Comics como su principal competidora, Marvel, habían probado a lo largo de la década. Series limitadas (miniseries o maxiseries), series limitadas en formato “prestigio”, novelas gráficas originales, los primeros tomos recopilatorios con Watchmen y El regreso del Caballero Oscuro a la cabeza... Y aunque parezca mentira, los nuevos formatos se quedaron tan cortos que hubo que inventar más.
La batmanía se explotó en todos los formatos mencionados para que, cada mes, apareciera en más títulos que Batman, Detective Comics y Justice League International, grupo del que era miembro medular. Ya en 1988, Jim Starlin había realizado una extraordinaria miniserie titulada La secta que había presentado al terrorífico Diácono Blackfire, un enemigo que había puesto contra las cuerdas al Dúo Dinámico poco antes de la defunción de Jason Todd. La historia había contado con dibujo de Bernie Wrightson, experto en cómic de terror y suspense que había cocreado a la Cosa del Pantano en los años setenta.
No obstante, el descenso a los infiernos propiciado por Blackfire palideció cuando, en 1989, se publicó Asilo Arkham, una novela gráfica original. Escrita por Grant Morrison, guionista británico que ya estaba llamando la atención en Animal Man y La Patrulla Condenada tras su fulgurante carrera en Reino Unido, dio rienda suelta a su asombrosa imaginación para convertir a Batman en sosias de la Alicia de Lewis Carroll y al Asilo Arkham en un truculento País de las Maravillas. Todo comenzaba cuando los reclusos tomaban las riendas del psiquiátrico y exigían la presencia del Hombre Murciélago, que se iba topando con todos ellos a medida que se aproximaba a la amenaza final. Pintada por Dave McKean, la novela resultó crucial para que el público generalista, que la compró en masa por la influencia de la película, se diera cuenta de que el Caballero Oscuro ya no era Adam West sino algo mucho más complejo que incluso merecía un análisis psicológico. Por su parte, el frenopático, que hasta la fecha había sido poco más que una prisión convencional desde su debut en 1974, adquirió un estatus casi místico, en buena parte gracias a la revisión de su historia que se hacía en el cómic.
Con semejante auge creativo tanto en las viñetas como en las adaptaciones externas, DC Comics dio un paso más allá: conceder al Caballero Oscuro una tercera colección mensual propia que se sumaría a las míticas Detective Comics y Batman. No obstante, Legends of the Dark Knight no sería un título más sino un formato nuevo, el de “miniseries dentro de una serie”, ya que cada pocos números cambiarían los autores y las tramas, que se ambientarían en diferentes épocas de la historia del personaje. De esta colección surgieron las populares sagas Presa, Chamán, Gótico, Veneno o Rostros, y en ella participaron autores como Dennis O’Neil, Klaus Janson, Matt Wagner o el propio Morrison durante los más de 200 números que duró. No sería el único formato estrenado por Batman en 1989, año en que también se publicó el primer especial de la línea Otros Mundos, historias imaginarias que colocaban a los personajes de DC Comics en situaciones que la continuidad impedía. Así, Gotham a luz de gas transcurría en el año 1888, cuando Jack el Destripador llegaba a Gotham y mataba a varias prostitutas, lo cual llamaba la atención del “Bat-Man”, el mejor detective del mundo. Tan particular adaptación corrió a cargo de Brian Augustyn y Mike Mignola.
Ya decíamos en anteriores entregas que Batman se había quedado sin sus principales aliados. Dick Grayson se había independizado, Jason Todd estaba muerto y Barbara Gordon había quedado postrada en una silla de ruedas. No obstante, aún quedaban personajes satélite que podían estrenar título aprovechando el viento de popa. Una de las afortunadas fue Catwoman, que vivió en solitario una continuación directa de los hechos de Año uno que retomaba su condición de prostituta, contaba su origen y su entrenamiento con Wildcat, el héroe de los años cuarenta, y abordaba su relación con su hermana. Escrita por Mindy Newell, fue una miniserie de cuatro episodios que abrió las puertas a que Selina Kyle tuviera más cabeceras propias en un futuro no tan lejano. La segunda agraciada fue la Cazadora, personaje que, hasta Crisis en tierras infinitas, había sido la hija de Batman y Catwoman en una dimensión alternativa. Que ya no existiera un Multiverso hacía imposible que Helena Wayne fuera la de antes aunque siguiera luchando contra el crimen en Gotham City. Su serie regular, dibujada por Joe Staton, cocreador de la encarnación original, la estableció como Helena Bertinelli, la única superviviente de una familia de mafiosos que había muerto a manos de sus rivales. El personaje tendría un largo recorrido en la franquicia de Batman (su serie propia, ya no tanto) y terminaría absorbida en la órbita de la Batfamilia, a la que estaba a punto de sumarse, también en 1989, un pizpireto y astuto jovenzuelo llamado Tim Drake.
Fran San Rafael.
Lista de capítulos:
Batman - Capítulo 1: El comienzo de la leyenda
Batman - Capítulo 2: Los primeros adversarios
Batman - Capítulo 3: La seducción de los inocentes
Batman - Capítulo 4: Los felices años sesenta
Batman - Capítulo 5: Vuelta a los orígenes
Batman - Capítulo 6: La época de la experimentación
Batman - Capítulo 7: Nuevas compañías
Batman - Capítulo 8: La llegada de Frank Miller
Batman - Capítulo 9: Malos tiempos para la familia
Batman - Capítulo 10: El Diablo a la luz de la Luna
Batman - Capítulo 12: Un lugar solitario donde triunfar
Batman - Capítulo 13: La caída del Caballero Oscuro
Batman - Capítulo 14: La serie animada
Batman - Capítulo 15: El regreso del murciélago
Batman - Capítulo 16: Tierra de Nadie
Batman - Capítulo 17: El cambio de siglo
Batman - Capítulo 18: Silencio
Batman - Capítulo 19: La vuelta al cine
Batman - Capítulo 20: El Batman de Grant Morrison
Batman - Capítulo 21: ¿Por qué estás tan serio?
Batman - Capítulo 22: Amanece la justicia
Batman - Capítulo 23: La "resurrección" de Bruce Wayne
La batmanía se explotó en todos los formatos mencionados para que, cada mes, apareciera en más títulos que Batman, Detective Comics y Justice League International, grupo del que era miembro medular. Ya en 1988, Jim Starlin había realizado una extraordinaria miniserie titulada La secta que había presentado al terrorífico Diácono Blackfire, un enemigo que había puesto contra las cuerdas al Dúo Dinámico poco antes de la defunción de Jason Todd. La historia había contado con dibujo de Bernie Wrightson, experto en cómic de terror y suspense que había cocreado a la Cosa del Pantano en los años setenta.
No obstante, el descenso a los infiernos propiciado por Blackfire palideció cuando, en 1989, se publicó Asilo Arkham, una novela gráfica original. Escrita por Grant Morrison, guionista británico que ya estaba llamando la atención en Animal Man y La Patrulla Condenada tras su fulgurante carrera en Reino Unido, dio rienda suelta a su asombrosa imaginación para convertir a Batman en sosias de la Alicia de Lewis Carroll y al Asilo Arkham en un truculento País de las Maravillas. Todo comenzaba cuando los reclusos tomaban las riendas del psiquiátrico y exigían la presencia del Hombre Murciélago, que se iba topando con todos ellos a medida que se aproximaba a la amenaza final. Pintada por Dave McKean, la novela resultó crucial para que el público generalista, que la compró en masa por la influencia de la película, se diera cuenta de que el Caballero Oscuro ya no era Adam West sino algo mucho más complejo que incluso merecía un análisis psicológico. Por su parte, el frenopático, que hasta la fecha había sido poco más que una prisión convencional desde su debut en 1974, adquirió un estatus casi místico, en buena parte gracias a la revisión de su historia que se hacía en el cómic.
Con semejante auge creativo tanto en las viñetas como en las adaptaciones externas, DC Comics dio un paso más allá: conceder al Caballero Oscuro una tercera colección mensual propia que se sumaría a las míticas Detective Comics y Batman. No obstante, Legends of the Dark Knight no sería un título más sino un formato nuevo, el de “miniseries dentro de una serie”, ya que cada pocos números cambiarían los autores y las tramas, que se ambientarían en diferentes épocas de la historia del personaje. De esta colección surgieron las populares sagas Presa, Chamán, Gótico, Veneno o Rostros, y en ella participaron autores como Dennis O’Neil, Klaus Janson, Matt Wagner o el propio Morrison durante los más de 200 números que duró. No sería el único formato estrenado por Batman en 1989, año en que también se publicó el primer especial de la línea Otros Mundos, historias imaginarias que colocaban a los personajes de DC Comics en situaciones que la continuidad impedía. Así, Gotham a luz de gas transcurría en el año 1888, cuando Jack el Destripador llegaba a Gotham y mataba a varias prostitutas, lo cual llamaba la atención del “Bat-Man”, el mejor detective del mundo. Tan particular adaptación corrió a cargo de Brian Augustyn y Mike Mignola.
Ya decíamos en anteriores entregas que Batman se había quedado sin sus principales aliados. Dick Grayson se había independizado, Jason Todd estaba muerto y Barbara Gordon había quedado postrada en una silla de ruedas. No obstante, aún quedaban personajes satélite que podían estrenar título aprovechando el viento de popa. Una de las afortunadas fue Catwoman, que vivió en solitario una continuación directa de los hechos de Año uno que retomaba su condición de prostituta, contaba su origen y su entrenamiento con Wildcat, el héroe de los años cuarenta, y abordaba su relación con su hermana. Escrita por Mindy Newell, fue una miniserie de cuatro episodios que abrió las puertas a que Selina Kyle tuviera más cabeceras propias en un futuro no tan lejano. La segunda agraciada fue la Cazadora, personaje que, hasta Crisis en tierras infinitas, había sido la hija de Batman y Catwoman en una dimensión alternativa. Que ya no existiera un Multiverso hacía imposible que Helena Wayne fuera la de antes aunque siguiera luchando contra el crimen en Gotham City. Su serie regular, dibujada por Joe Staton, cocreador de la encarnación original, la estableció como Helena Bertinelli, la única superviviente de una familia de mafiosos que había muerto a manos de sus rivales. El personaje tendría un largo recorrido en la franquicia de Batman (su serie propia, ya no tanto) y terminaría absorbida en la órbita de la Batfamilia, a la que estaba a punto de sumarse, también en 1989, un pizpireto y astuto jovenzuelo llamado Tim Drake.
Fran San Rafael.
Lista de capítulos:
Batman - Capítulo 1: El comienzo de la leyenda
Batman - Capítulo 2: Los primeros adversarios
Batman - Capítulo 3: La seducción de los inocentes
Batman - Capítulo 4: Los felices años sesenta
Batman - Capítulo 5: Vuelta a los orígenes
Batman - Capítulo 6: La época de la experimentación
Batman - Capítulo 7: Nuevas compañías
Batman - Capítulo 8: La llegada de Frank Miller
Batman - Capítulo 9: Malos tiempos para la familia
Batman - Capítulo 10: El Diablo a la luz de la Luna
Batman - Capítulo 12: Un lugar solitario donde triunfar
Batman - Capítulo 13: La caída del Caballero Oscuro
Batman - Capítulo 14: La serie animada
Batman - Capítulo 15: El regreso del murciélago
Batman - Capítulo 16: Tierra de Nadie
Batman - Capítulo 17: El cambio de siglo
Batman - Capítulo 18: Silencio
Batman - Capítulo 19: La vuelta al cine
Batman - Capítulo 20: El Batman de Grant Morrison
Batman - Capítulo 21: ¿Por qué estás tan serio?
Batman - Capítulo 22: Amanece la justicia
Batman - Capítulo 23: La "resurrección" de Bruce Wayne