Eccediciones

Atrocitus: Amenaza alienígena

Ahora que los Red Lanterns cuentan con una colección propia, no es de extrañar que entre los miembros de este ejército se encuentre un terrícola para añadirle aún más tirón comercial. Y también es normal que Jack Moore, el humano en cuestión, adquiera cada vez más protagonismo en la colección después de que conociéramos su trágico origen en el volumen anterior.

Su presencia se convierte en una nota discordante entre tanto alienígena por lo general monstruoso, ya que ese es el aspecto que suelen ofrecer los acólitos de Atrocitus. Recordemos que, cuando Geoff Johns y Ethan Van Sciver los presentaron por encima hace unos años, su cometido era el de resultar lo más terroríficos posible, cosa que entendió a la perfección Shane Davis, el dibujante que se ocupó de su primera aparición oficial. No en vano, se trataba de seres cuya voluntad está dominada por la luz roja de la rabia y por ese napalm rojo que recorre sus venas y que ya veremos si termina apoderándose del pobre Jack ahora que ha llegado a Ysmault.

Pero como la evolución del nuevo “superhéroe” británico es uno de los temas centrales de esta segunda entrega de Red Lanterns, lo mejor será que leas la historia que nos ofrecen Peter Milligan y Miguel Sepúlveda mientras aquí nos centramos en otros asuntos. Y es que, acostumbrados a ver monstruos y engendros varios (con la loable excepción de la aguerrida Bleez), no deja de llamarnos la atención la presencia de un grupo formado casi exclusivamente por humanos. Hablamos, claro, de los Stormwatch, protagonistas de una colección cuatrimestral propia en este Nuevo Universo DC. Su actual guionista es el propio Milligan, que aprovecha su estreno en dicho título para narrar un cruce no oficial con las aventuras de Atrocitus. Así pues, si no conoces a estos personajes o te estás perdiendo su imprescindible serie, te los presentamos en las próximas líneas.

La encarnación original de los Stormwatch debutó en plena explosión del fenómeno Image, editorial creada a principios de los años noventa por los dibujantes más comerciales del momento, que habían abandonado Marvel Comics en busca de libertad creativa y, por qué no decirlo, pingües beneficios económicos. Uno de ellos era Jim Lee, que, después de lanzar a los WildC.A.T.S., creó a este grupo de superhéroes sancionados por la Organización de las Naciones Unidas en el primer número de su colección regular. Coescritas por Brandon Choi y dibujadas al principio por Scott Clark, las aventuras de los Stormwatch respondían a la moda de la época, igual que el aspecto de unos protagonistas cuyos músculos rozaban el límite de lo humanamente posible. Supervisados por los implantes cibernéticos del Hombre del Tiempo, Hellstrike, Invierno y compañía vivieron numerosas peripecias en aquella primera serie que se publicó entre 1993 y 1997 a lo largo de unos 50 episodios.

Pero fue a la altura del número 37 cuando el tono del grupo cambió sustancialmente y se aproximó, salvando muchísimas distancias, al que tiene en la actualidad. Y todo se debió al guionista Warren Ellis, que revolucionó el grupo añadiendo miembros nuevos y tramas que criticaban a Estados Unidos y tenían un fuerte componente político. Entre aquellos personajes recién creados se encontraban Jack Hawksmoor y Jenny Sparks, a los que pronto se añadirían Apolo y Midnighter, sosias de Superman y Batman que eran mucho más que amigos y aliados. Los dos últimos no debutarían hasta la segunda serie del grupo, dibujada por Óscar Jiménez y Bryan Hitch, que no llegó al año de vida por culpa de una curiosa maniobra editorial. Se trataba del lanzamiento de WildC.A.T.S. / Aliens, donde los personajes creados por Lee se enfrentaban a los monstruos de la conocida franquicia cinematográfica de la mano del propio Ellis y de Chris Sprouse. Aunque el guionista no lo considerara buena idea en principio (de hecho, afirmó que era una soberana estupidez), terminó aceptando el encargo con entusiasmo porque se le permitió matar a todos los personajes que quisiera; no en vano, para los editores no se trataba de una maniobra comercial puntual sino de una historia que tendría repercusiones a largo plazo. Así pues, ni corto ni perezoso, Ellis se quitó de encima a los componentes de Stormwatch que no le interesaban y se quedó con aquellos que había creado él y poco más.

Pero las aventuras de Apolo, Midnighter y compañía no se reanudarían en una tercera colección de Stormwatch sino en un título completamente nuevo. Se titulaba The Authority y supuso una auténtica revolución a partir de su presentación en 1999. En aquellos momentos, las ventas de las series originales de Image habían descendido considerablemente, y Lee decidió vender a los personajes que había creado, esto es, a los WildC.A.T.S. y los Stormwatch, al mejor postor. Ambos grupos fueron a parar a DC Comics, donde Ellis se explayó todavía más con aquel tono atrevido y casi propio del sello Vertigo que había desarrollado durante los años inmediatamente anteriores. Así pues, en The Authority, todo era posible. Nada era demasiado atrevido, violento ni provocador, y el título se convirtió en un gran éxito apoyado, en gran parte, por el dibujo de Hitch. No en vano, sus páginas dieron un salto cualitativo que hizo que su estilo se alejara definitivamente del de Alan Davis para adquirir un tono realista, fotográfico y casi cinematográfico que se dio en llamar “estilo panorámico”. Un año después, Mark Millar y Frank Quitely tomaron las riendas de la colección y la llevaron a niveles todavía más altos de calidad y atrevimiento.

Después de aquellas excelentes etapas, las historias protagonizadas por los personajes de Ellis fueron decayendo a pesar de loables intentos de revitalización, incluyendo alguno frustrado como el realizado por Grant Morrison y Gene Ha en 2006, cuyo tercer número jamás llegó a publicarse. No obstante, ya sabemos que, cuando un personaje o grupo tiene potencial, termina volviendo tarde o temprano. El momento idóneo se produjo en 2011, cuando el Nuevo Universo DC abrió las puertas a nuevas colecciones, algunas más arriesgadas que otras. Y teniendo en cuenta el puesto editorial que ocupa actualmente Jim Lee en la casa, es normal que alguno de sus muchachos recibiera una segunda oportunidad. Tal fue el caso, por ejemplo, de Grifter, miembro ilustre de los WildC.A.T.S., y también de los Stormwatch. Eso sí, el grupo iba a experimentar un cambio notable.

Y es que, en el nUDC, han dejado atrás su relación con la ONU y las amenazas imposibles a las que se enfrentaba The Authority para convertirse en una organización secreta que se dedica desde hace siglos a truncar las amenazas alienígenas que ponen en peligro nuestro planeta. Sus líderes son los Señores Sombríos o Gabinete en la Sombra, seres de inmenso poder e intenciones desconocidas que se encargan de mantenerlos a raya para que cumplan sus órdenes. Los actuales Stormwatch no soportan a los superhéroes, cuestionan la autoridad del Cuerpo de Green Lanterns y vigilan a todos los que pueden suponer un peligro potencial. Y para que no los descubran, viven en el Hiperespacio a bordo del Ojo de la Tormenta, una inmensa nave controlada por una inteligencia artificial demonita.

En el momento en que aparecen en este volumen, Stormwatch se compone de Engineer, la encargada del Ojo de la Tormenta y enlace entre los diversos miembros del grupo cuando estos entran en acción; el Detective Marciano, presunto último superviviente de Marte que mantiene una relación bastante tensa con la Liga de la Justicia por motivos aún desconocidos; Jack Hawksmoor, cuyo extraño poder es el de comunicarse con las ciudades de la Tierra a través de avatares a los que pide información cuando lo necesita; Jenny Quantum, una adolescente superdotada cuyo poder se basa en la Física que se conoce o se conocerá a lo largo del siglo XXI, lo cual suele desconcertar a sus compañeros más pragmáticos; Midnighter, un violento experto en estrategia y en todo tipo de formas de combate que no duda en recurrir a métodos expeditivos; y, por supuesto, Apolo, un hombre con un poder comparable al de Superman que vive obsesionado con que la sociedad lo acepte tal y como es. Además, a estas alturas de la serie Stormwatch, la organización ha contado con otros componentes que ya no forman parte de la misma por razones que planteó su primer guionista, Paul Cornell, y que está desarrollando el propio Milligan ahora que ha tomado las riendas.

Y teniendo en cuenta que Engineer y sus socios vigilan a los Green Lanterns, desconfían de quien tenga superpoderes y protegen nuestro mundo de los alienígenas, es normal que el pobre Skallox se encuentre en la situación en que lo vemos en este volumen después de la batalla que libró en la tercera entrega de Stormwatch. Y también lo es que la llegada de Atrocitus al Hiperespacio desencadene una tensa situación que, en boca del propio Red Lantern, aún no ha terminado. ¿Tendrá planes Milligan para que ambas organizaciones vuelvan a encontrarse? Si es así, seguro que lo sabremos próximamente.

Fran San Rafael