Desde que Charles Soule tomara las riendas de La Cosa del Pantano, los cambios en la vida de Alec Holland se han sucedido a un ritmo vertiginoso. El campeón del Verde se ha tenido que hacer a la idea de no volver a ver nunca jamás a Abigail Arcane. Ha encontrado nuevos aliados y se ha enfrentado a enemigos salidos de la nada. Ahora que incluso se cuestiona su permane cia en el Verde, se podría decir que Soule juega con la constante alteración del statu quo y, si bien existe parte de verdad en dicha afirmación, lo cierto es que el escritor no se limita a sorprender a los lectores. Cada uno de los cambios o de las nuevas situaciones a las que se enfrenta Alec sirven para introducir elementos que poco a poco van configurando un nuevo mundo para la Cosa del Pantano. Así, al inicio de este volumen nos encontramos con un importante enfrentamiento, pero cuando el humo surgido de la batalla se haya despejado veremos un tablero de juego mucho más claro que antes.
En este mismo cuaderno conoceremos a varios personajes que en un futuro cercano lucharán al lado –o en contra– del héroe vegetal. Sin embargo, a los nuevos también se une la visita de viejos conocidos como Animal Man. Desgraciadamente, el Buddy Baker de estas páginas no es exactamente el mismo que luchó junto a Alec en Mundo Putrefacto o, al menos, su contexto es muy diferente. Y es que resulta que Buddy Baker perdió a su hijo en el epílogo de dicha saga, y eso supuso la destrucción de su familia. Su mujer ya no quiere saber nada de él, y se ha llevado consigo a su hija. Por lo tanto, el Animal Man de este ejemplar es un hombre que guarda un gran dolor en su interior, un hombre perdido que busca desesperadamente una manera de enderezar su vida.
Enrique Ríos
Artículo originalmente publicado como introducción de La Cosa del Pantano núm. 6.
En este mismo cuaderno conoceremos a varios personajes que en un futuro cercano lucharán al lado –o en contra– del héroe vegetal. Sin embargo, a los nuevos también se une la visita de viejos conocidos como Animal Man. Desgraciadamente, el Buddy Baker de estas páginas no es exactamente el mismo que luchó junto a Alec en Mundo Putrefacto o, al menos, su contexto es muy diferente. Y es que resulta que Buddy Baker perdió a su hijo en el epílogo de dicha saga, y eso supuso la destrucción de su familia. Su mujer ya no quiere saber nada de él, y se ha llevado consigo a su hija. Por lo tanto, el Animal Man de este ejemplar es un hombre que guarda un gran dolor en su interior, un hombre perdido que busca desesperadamente una manera de enderezar su vida.
Enrique Ríos
Artículo originalmente publicado como introducción de La Cosa del Pantano núm. 6.