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Antes del Nuevo Universo DC

Este volumen ha aclarado los orígenes de cuatro ilustres villanos del Nuevo Universo DC, pero... ¿cuál fue su andadura antes de que Flashpoint reiniciase sus aventuras? Quizá la más peculiar de todas fue la de Harley Quinn, porque este personaje no surgió en ningún cómic, sino que la vimos por primera vez en el episodio 22 de la primera temporada de Batman: The animated series. Aquel capítulo se estrenó el 11 de septiembre de 1992, y Harley se ganó rápidamente el favor del público, convirtiéndose en uno de los personajes más carismáticos de la clásica serie de animación. Sin embargo, no se incorporó al Universo DC original hasta la publicación de un especial titulado Batman: Harley Quinn, publicado con fecha de portada de octubre de 1999.

Los siete años de distancia desde su presentación en sociedad hasta su incorporación al Universo DC pueden parecer sorprendentes, sobre todo si tenemos en cuenta que Harley sí hacía sus pinitos en los tebeos que adaptaban la serie de animación. De hecho, en 1994, Paul Dini y Bruce Timm, sus creadores, nos descubrieron su origen en un especial titulado The Batman Adventures: Mad Love. Aquel cuaderno fue galardonado con el prestigioso premio Eisner, además de sentar las bases de una historia que más o menos se ha perpetuado hasta ahora: Harley era una psiquiatra llamada Harleen Quinzel que terminó enamorándose del Joker. Con tal de que su amor fuese correspondido, Harleen se convirtió en una villana, una especie de versión femenina del Joker. Desgraciadamente, el payaso psicópata inició una relación malsana con ella, de manera que en algunas ocasiones parecía que la amaba... ¡y otras veces intentaba matarla! En definitiva, los tortolitos hicieron su propia reinterpretación del concepto de amor loco.

Ya en el Universo DC, su origen se mantuvo más o menos intacto, y Harley disfrutó de su propia cabecera. Esta fue cancelada tras 38 números, pero eso no supuso la desapa- rición de Harley. La vimos como un personaje recurrente en casi todas las series de Batman y, además, protagonizó junto a Hiedra Venenosa y Catwoman una serie que se dio a conocer como Musas de Gotham.

El origen de la Hija del Joker ha recibido un cambio mucho más drástico que el de su compañera. Y no es de extrañar. Duela Dent es una invención de Bob Rozakis que apareció por primera vez en el núm. 6 de Batman Family de 1976. En aquella historia llamó la atención de Robin al hacerse pasar por la hija de Catwoman, el Acertijo, el Espantapájaros y el Pingüino. Finalmente se descubrió que su verdadero padre era Dos Caras. Obsesionada por hacer el bien para pagar por los crímenes de su progenitor, se unió a los Jóvenes Titanes y adquirió la identidad de Arlequín, aunque la abandonaría mucho más adelante.

Con el paso del tiempo, Duela apareció de manera eventual en las páginas de varias series protagonizadas por los Titanes, pero no se convirtió en un personaje importante hasta después de Crisis Infinita, pues fue entonces cuando volvió a formar parte de los Jóvenes Titanes. Desafortunadamente para ella, las cabeceras del Universo DC dieron un salto de un año antes del final de Crisis Infinita, y sus aventuras tuvieron lugar en el año perdido. Por lo tanto, solo sabemos con exactitud lo poco que se narró de ellas en 52. Más adelante se incorporó a las filas de los Jóvenes Titanes Este, y ya en Cuenta atrás a Crisis Final se despidió del mundo al ser asesinada por un Monitor.

El caso de Mr. Frío es más cercano al de Harley Quinn que al de la Hija del Joker, y no porque lo viéramos por primera vez en televisión, sino porque la base de su historia es tan simple y efectiva que todas las veces que se cuenta su origen se repiten las mismas pautas de siempre. El Dr. Victor Fries apareció por primera vez en el núm. 121 de Batman, cuya fecha de portada data de febrero de 1959. Ya entonces encontramos los elementos que mejor lo representan: la pistola que le permite “disparar” hielo –con la que congela a personas y cosas– y la necesidad de vivir a temperaturas bajo cero como consecuencia de sus desastrosos experimentos.

En su reinterpretación posterior a Crisis en Tierras Infinitas, su origen se vio enriquecido con la incorporación de nuevos elementos que lo dotaron de una nueva dimensión: se descubrió que había tenido una infancia horrible, pero que terminó conociendo la felicidad al enamorarse y casarse con Nora. Después de que Batman hiciese su primera aparición, Nora contrajo una enfermedad terminal y Fries inventó un aparato con el cual la iba a criogenizar. Desgraciadamente, el jefe de Fries irrumpió en el peor momento y causó una explosión, con la consiguiente muerte de Nora. Fries enloqueció y juró venganza. Se convirtió en un villano terrible y se enfrentó a Batman en muchísimas ocasiones.

El último protagonista de este volumen es Ra’s al Ghul, un personaje creado por Dennis O’Neil y Neal Adams para el clásico Batman núm. 232 (junio de 1971). Nacido en la época de las cruzadas, Ra’s al Ghul descubrió el secreto de la inmortalidad al sumergirse en las Fosas de Lázaro. Y con todo el tiempo del mundo por delante, decidió que la mejor manera de ser un ciudadano responsable y útil para la sociedad consistía en diezmar la población mundial porque esta, según su visión distorsionada de la realidad, era un cáncer que estaba matando el planeta poco a poco.

Tuvo algunos hijos e hijas, pero con Talia al Ghul decidió que iba a encontrar un digno sucesor por si llegaba el día en que conociera la muerte sin haber finalizado su misión en la Tierra. Eligió a Batman. Sin embargo, Bruce no estaba por la labor de asesinar al 90% de la población mundial, o sea que terminó rechazando el ofrecimiento. Eso sí, antes se enamoró de Talia y se casó con ella, e incluso tuvieron un hijo, tal como se explicó en el imprescindible volumen titulado Batman: El Caballero Oscuro – La leyenda de Ra’s al Ghul. Y aunque esa historia inicialmente no entraba en continuidad, finalmente sirvió de base para la andadura de Grant Morrison al frente de Batman.

Enrique Ríos

Artículo originalmente publicado como introducción de Batman: Maldad Eterna núm. 4.