Lew Moxon, uno de los primeros mafiosos de Gotham City, ha regresado a la ciudad. Y, siguiendo las costumbres habituales del crimen organizado, hay alguien que ha puesto precio a su cabeza. Los únicos hombres que podían tener información sobre el asesino que ha aceptado el encargo han muerto, pero Batman ya está sobre la pista de uno de los mercenarios más temibles del mundo: el mismísimo Deadshot. Y todo mientras se cierne en el horizonte el último plan macabro del Joker, una auténtica locura que solo él podría cometer.