A principios del siglo XVIII el enfrentamiento entre Austrias y Borbones divide Europa y hace estallar la guerra de Sucesión. En el año 1705 Cataluña se levanta a favor del archiduque Carlos de Austria. La geoestrategia internacional y los intereses de las grandes potencias acabarán provocando el abandono de los catalanes por parte de sus aliados.
Después de un asedio de más de un año sobre Barcelona, el 11 de septiembre de 1714 el ejército borbónico inicia el asalto final. Más de cuarenta mil soldados acometen las maltrechas murallas de la ciudad, defendidas por poco más de seis mil combatientes dispuestos a defender de manera heroica y hasta el último aliento sus leyes e instituciones de gobierno.